Alimentación y cambio climático

El sistema alimentario global es una de las principales causas del calentamiento global, y al mismo tiempo, una de sus víctimas más vulnerables.

Por un lado, el modelo agroindustrial actual, altamente dependiente de combustibles fósiles, agroquímicos, transporte globalizado y ganadería intensiva, contribuye con entre el 25% y el 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial. Por otro lado, los efectos del cambio climático (olas de calor, sequías, inundaciones, desertificación, pérdida de biodiversidad) amenazan cada vez más la capacidad de los territorios para producir alimentos.

Pero esta relación puede y debe transformarse en una alianza regenerativa. Otro sistema alimentario puede no solo resistir mejor los impactos climáticos, sino también convertirse en una herramienta eficaz para mitigarlos.

Este artículo aborda las dos caras de esta relación: cómo el clima está afectando la alimentación, y cómo un sistema alimentario diferente puede ayudar a la lucha contra el cambio climático.

Cómo el cambio climático amenaza la seguridad alimentaria

El cambio climático ya está afectando negativamente la producción de alimentos en muchas regiones del mundo, y sus impactos no son lineales ni uniformes: afectan con más fuerza a los países y comunidades más vulnerables, especialmente en el Sur Global, donde la agricultura depende del clima de forma directa.

Algunas de las amenazas más graves son:

1. Aumento de la temperatura media

  • Las olas de calor más frecuentes y prolongadas reducen el rendimiento de cultivos como el trigo, el arroz o el maíz.
  • En regiones tropicales, muchos cultivos ya están cerca del límite térmico tolerable.

2. Sequías prolongadas y estrés hídrico

  • El cambio climático altera los patrones de lluvias, reduce el caudal de ríos y acuíferos, y dificulta el acceso al agua para riego y consumo.
  • Las tierras se vuelven menos fértiles, y los sistemas productivos más frágiles colapsan.

3. Eventos extremos y pérdida de suelo fértil

  • Inundaciones, tormentas, huracanes y deslizamientos de tierra arrasan cosechas, erosionan suelos y destruyen infraestructuras agrícolas.

4. Desplazamiento de zonas agroecológicas

  • Algunos cultivos dejarán de ser viables en ciertas regiones, forzando relocalización de cultivos, adaptación genética o abandono.

5. Aumento de plagas y enfermedades

  • Las temperaturas más altas favorecen la expansión de plagas, hongos y enfermedades que afectan a cultivos y ganado.

Estas amenazas no son futuras: ya están ocurriendo. Y con ellas, se agrava la inseguridad alimentaria, especialmente entre las poblaciones rurales, indígenas y pobres. Si no se toman medidas urgentes, el cambio climático podría reducir la producción alimentaria global en más del 20% para 2050, según varios informes científicos.

Cómo el sistema alimentario actual agrava el cambio climático

A la vez que es víctima, el sistema alimentario actual es una de las principales causas del calentamiento global, especialmente en su versión industrial y globalizada. Sus emisiones provienen de múltiples fuentes:

1. Cambio de uso del suelo y deforestación

  • Gran parte de la deforestación en América Latina, África y Asia se debe a la expansión de la ganadería y los monocultivos industriales (soja, palma, maíz).

2. Ganadería intensiva

  • El ganado vacuno es una fuente importante de metano, un gas de efecto invernadero con un impacto 80 veces mayor que el CO₂ a corto plazo.
  • Los sistemas intensivos también generan contaminación de aguas, emisión de óxidos de nitrógeno y degradación del suelo.

3. Uso de fertilizantes y pesticidas

  • La fabricación y aplicación de fertilizantes sintéticos libera grandes cantidades de óxidos de nitrógeno, altamente contaminantes.

4. Transporte y almacenamiento globalizado

  • El modelo alimentario global depende de largas cadenas de transporte, almacenamiento en frío y embalajes, todos ellos emisores netos de CO₂.

5. Desperdicio de alimentos

  • El desperdicio alimentario no solo es un problema ético, sino climático: los alimentos que no se consumen liberan emisiones durante su producción y descomposición.

Un sistema alimentario transformado puede ser parte de la solución

Aunque el panorama parece sombrío, también es cierto que el sistema alimentario puede convertirse en una de las herramientas más poderosas para mitigar el cambio climático si se transforma profundamente. Las claves están en el modelo de producción, en los patrones de consumo y en la gestión del territorio.

1. Sistemas agrícolas regenerativos

  • La agroecología, la agricultura regenerativa y la permacultura pueden capturar carbono en los suelos, reducir el uso de insumos contaminantes y fortalecer la biodiversidad.
  • Restaurar la materia orgánica del suelo es una forma efectiva de secuestrar CO₂ atmosférico.

2. Protección de bosques y territorios campesinos

  • Detener la deforestación, apoyar la agricultura familiar y conservar sistemas tradicionales son formas de frenar emisiones y proteger ecosistemas clave.

3. Cambio de dieta: más verduras, menos carne

  • Las dietas basadas en vegetales generan una huella de carbono mucho menor que las basadas en carne y productos ultra procesados.
  • Reducir el consumo de carne industrial y priorizar productos locales y de temporada puede disminuir hasta un 70% las emisiones alimentarias personales.

4. Reducción del desperdicio alimentario

  • Evitar el desperdicio —en campo, distribución, comercio y hogar— no solo mejora la eficiencia del sistema, sino que evita emisiones innecesarias.

5. Relocalización y circuitos cortos

  • Reforzar la producción y el consumo local reduce el transporte, fortalece la resiliencia y fomenta la adaptación climática.

Cambiar el modelo, no solo el clima

La crisis climática no es un fenómeno natural, sino el resultado de un modelo económico y social basado en la explotación ilimitada de la tierra, el agua, la energía y las personas. El sistema alimentario actual es una expresión de ese modelo.

Por eso, no basta con ajustar algunos eslabones: necesitamos una transformación profunda del sistema alimentario hacia uno que alimente sin destruir. Uno que combine justicia social, regeneración ecológica y salud pública, y que ponga en el centro el derecho a la alimentación y el cuidado de la vida.

Porque no hay clima sano sin un sistema alimentario justo. Y no hay sistema alimentario justo que no enfrente con decisión la crisis climática.

Preguntas para el debate

  1. ¿De qué manera el cambio climático ya está afectando la producción de alimentos en tu país o región?
  2. ¿Qué responsabilidad tiene el sistema alimentario global en el calentamiento del planeta?
  3. ¿Cómo podría cambiar nuestra dieta para reducir el impacto climático de la alimentación?
  4. ¿Pueden los sistemas agroecológicos y locales ser una herramienta efectiva frente a la crisis climática?
  5. ¿Qué papel deberían jugar los gobiernos y las políticas públicas en alinear alimentación y acción climática?
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