Sol, viento y el nuevo mix energético

Las energías renovables se han convertido en protagonistas indiscutibles del futuro energético. No solo son esenciales para descarbonizar la economía: también son la clave para reducir la dependencia energética, democratizar el acceso a la energía y garantizar una mayor resiliencia del sistema. Sol, viento, agua y tierra (fuentes limpias, inagotables y disponibles localmente) están en el centro del nuevo mix energético que nos llevará hacia 2030 y más allá.

La caída de costes de la solar y la eólica, la madurez de la hidráulica y el avance del almacenamiento han cambiado las reglas del juego. Sin embargo, desplegar renovables a gran escala no consiste solo en instalar más megavatios; exige diseñar un mix equilibrado, con redes y mercados capaces de integrar recursos variables, y con una gobernanza que reparta beneficios y costos de forma justa.

España: una potencia en renovables

España es una de las potencias europeas en recursos renovables. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), es el quinto país europeo en capacidad instalada solar y segundo en eólica terrestre. Además, cuenta con seis grandes centrales hidroeléctricas y un enorme potencial para el desarrollo de energía geotérmica, marina y biomasa.

En 2023, por primera vez, más del 50% de la electricidad generada en el país fue de origen renovable, con un fuerte crecimiento de la solar fotovoltaica, que duplicó su capacidad instalada en apenas dos años. Este dato marca un punto de inflexión: ya no se trata de proyectos testimoniales o experimentales, sino de una verdadera transformación estructural del mix eléctrico.

Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. La matriz energética española (no solo eléctrica) sigue siendo altamente dependiente de los combustibles fósiles importados, sobre todo en el transporte y la calefacción. Además, el despliegue renovable no está exento de tensiones: sociales, territoriales, regulatorias y ecológicas.

¿Por qué las renovables son la columna vertebral del modelo 5D?

  • Descarbonización: sustituyen combustibles fósiles en generación eléctrica y, vía electrificación, en calor y movilidad.
  • Distribución y desconcentración: pueden desplegarse cerca del consumo (tejados, polígonos, comunidades).
  • Digitalización: sensores y control avanzado permiten integrar recursos dispersos.
  • Democracia: su modularidad facilita propiedad social (cooperativas, municipios, pymes).

Con todo, más renovables no significa automáticamente más seguridad. La seguridad la aporta un sistema que combina tecnologías, almacenamiento, gestión de la demanda y redes inteligentes.

¿Qué renovables y para qué usos?

El término “energías renovables” agrupa distintas tecnologías con características, escalas y usos diversos:

  • Solar fotovoltaica (FV): convierte la luz solar en electricidad. Barata, modular y rápida de instalar. Ideal para cubiertas, suelo urbano y plantas a escala.
  • Solar térmica: capta calor del sol para agua caliente sanitaria, calefacción o procesos industriales.
  • Eólica terrestre y marina: aprovecha el viento para generar electricidad. Altos factores de capacidad; la marina aporta generación más estable y cercana a grandes centros de consumo.
  • Hidráulica: desde fluyentes hasta grandes embalses y bombeo; aporta regulación y almacenamiento.
  • Biomasa y biogás: producen calor o electricidad a partir de residuos agrícolas, forestales o urbanos. Útiles para calor industrial y electricidad despachable si la biomasa es sostenible.
  • Geotermia: extrae calor del subsuelo para calefacción o generación eléctrica. Aún poco desarrollada en España.
  • Marinas (olas, mareas, corrientes): emergentes, con potencial relevante a medio plazo.

El nuevo mix energético no será monocorde. Será híbrido, inteligente y adaptado al entorno. No se trata solo de sustituir unas fuentes por otras, sino de repensar cómo y dónde producimos energía, con qué tecnologías y con qué gobernanza.

Hasta aquí, el catálogo. Pero para entender cómo encajan en un sistema confiable, necesitamos un criterio operativo.

Energías gestionables vs. no gestionables y el papel del almacenamiento

No todas las renovables se comportan igual desde la óptica del sistema:

RENOVABLES GESTIONABLES (DESPACHABLES): pueden producir bajo demanda porque disponen de energía almacenada “en origen” o control sobre el flujo.

  • Hidráulica con embalse (libera agua cuando se necesita).
  • Biomasa/biogás (el combustible renovable se almacena y se utiliza según convenga).
  • Geotermia (suministro estable y modulable).
  • Solar termoeléctrica con sales (acumula calor y genera por la noche).

RENOVABLES NO GESTIONABLES (VARIABLES): dependen del recurso en cada momento y, por sí solas, no siguen la curva de demanda.

  • Solar fotovoltaica (cae al atardecer).
  • Eólica (sensible a la variabilidad del viento).
  • Hidráulica fluyente (sin embalse, limitada al caudal instantáneo).

Esta diferencia no descalifica a la solar o la eólica; señala que el sistema debe acompañarlas con almacenamiento (baterías, bombeo hidroeléctrico), gestión de demanda (tarifas horarias, agregadores de demanda, domótica y carga inteligente) y redes para transformar su abundancia variable en capacidad útil cuando se necesita.

Grandes parques vs. generación distribuida

Uno de los debates centrales del auge renovable es el modelo de despliegue. En los últimos años, España ha vivido una avalancha de macroproyectos solares y eólicos, promovidos por grandes corporaciones energéticas o fondos de inversión. Aunque estos proyectos suman potencia rápidamente, generan resistencias en comunidades locales y movimientos ecologistas, que denuncian impactos sobre biodiversidad, paisaje y actividad agrícola, así como falta de participación ciudadana.

Frente a este modelo extractivo y centralizado, gana fuerza la apuesta por un modelo distribuido y descentralizado:

  • Instalaciones de autoconsumo compartido en tejados.
  • Comunidades energéticas locales, que gestionan colectivamente la producción y el consumo.
  • Microrredes rurales o urbanas, conectadas de forma inteligente a la red general.

Este enfoque democratiza la energía, reduce pérdidas por transporte, mejora la resiliencia local y fomenta la apropiación social de la transición energética.

Renovables sí, pero no así

No todas las renovables son necesariamente sostenibles. Su despliegue debe ser ordenado, planificado y justo. Esto implica:

  • Priorizar espacios antropizados (tejados, polígonos, zonas degradadas) frente a suelos agrícolas o naturales.
  • Evitar la concentración territorial excesiva, que genera conflictos ambientales y sociales.
  • Garantizar procesos participativos y consulta previa a las comunidades afectadas.
  • Impulsar modelos de propiedad compartida o comunitaria frente al modelo puramente empresarial.

La transición ecológica no puede convertirse en una nueva forma de neocolonialismo verde, donde las zonas rurales producen energía barata para los centros urbanos sin voz ni beneficio propio.

Barreras al despliegue renovable

A pesar de su potencial, las energías renovables enfrentan múltiples obstáculos en España:

  • Burocracia compleja y lenta, tanto para grandes proyectos como para instalaciones de autoconsumo.
  • Falta de planificación territorial clara, que canalice el despliegue hacia zonas adecuadas.
  • Resistencia de grandes eléctricas, que intentan mantener el control sobre generación y distribución.
  • Dificultades de acceso a financiación para hogares, pymes o cooperativas.
  • Déficit de redes eléctricas modernas que integren eficientemente la generación distribuida e intermitente.

Abordar estos retos requiere una combinación de reformas legales, inversión pública, formación técnica y voluntad política.

Políticas clave para el impulso renovable

Algunas medidas esenciales para acelerar el despliegue de renovables de forma justa e inclusiva:

  • Establecer cuotas de autoconsumo y techos solares obligatorios en nuevas construcciones o rehabilitaciones.
  • Crear fondos de apoyo para comunidades energéticas, cooperativas y pequeños productores.
  • Simplificar los trámites administrativos y acelerar los plazos de conexión.
  • Desarrollar planes territoriales de ordenación renovable con criterios sociales y ecológicos.
  • Fomentar la formación profesional y empleo verde asociado al mantenimiento y gestión de renovables.
  • Impulsar la remunicipalización de redes y sistemas energéticos locales.

Una cuestión de soberanía y justicia

Las renovables no son solo una opción técnica limpia. Son una herramienta de soberanía energética. España importa más del 70% de su energía en forma de combustibles fósiles. El despliegue renovable puede reducir esta dependencia, generar empleo local, y reducir la exposición a crisis geopolíticas o volatilidad de precios.

Además, pueden ser una herramienta de justicia social, si se garantiza que los beneficios económicos se distribuyen de forma equitativa. Las renovables pueden ser una palanca de desarrollo rural, empoderamiento ciudadano y reducción de la pobreza energética.

Conclusión

El auge de las energías renovables abre una ventana histórica de transformación. Pero el éxito de esta transición no se medirá solo en gigavatios instalados, sino en quién controlará, para qué se usará y quién se beneficiará de la energía. Además, su éxito dependerá del sistema que acompañe su despliegue. Entender la diferencia entre gestionables y no gestionables y desplegar almacenamiento y gestión de demanda adecuados es lo que convertirá a la abundancia solar y eólica en seguridad de suministro. El futuro será renovable. La pregunta es si será también justo, democrático y sostenible.

Preguntas para el debate

  1. ¿Qué ventajas y riesgos implica depender casi exclusivamente de energías renovables?
  2. ¿Qué modelo de despliegue de renovables es más justo: grandes parques o generación local?
  3. ¿Cómo garantizar que las renovables respeten los ecosistemas y las comunidades rurales?
  4. ¿Quién debería tener prioridad en el acceso a las renovables: empresas, municipios o comunidades?
  5. ¿Cómo lograr una distribución equitativa de los beneficios de la transición renovable?
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