En los últimos años, los desafíos tradicionales de la pobreza y la desigualdad se han visto intensificados e incluso transformados por nuevas dinámicas globales. Si bien la pobreza extrema ha disminuido en muchas regiones y la desigualdad de ingreso ha sido objeto de análisis y acción, han emergido formas más sutiles, complejas y persistentes de desigualdad.
Tres de las más relevantes son las que se derivan de la revolución tecnológica, de las desigualdades educativas y del impacto desigual del cambio climático. Comprender estas nuevas brechas es esencial para abordar los desafíos sociales del siglo XXI de manera efectiva y sostenible.
La tecnología como generadora de oportunidades… y de desigualdades
La digitalización, la automatización y la inteligencia artificial están transformando el mundo del trabajo, la comunicación, la producción y el acceso a la información. Pero sus beneficios no se reparten por igual.
BRECHA DIGITAL. Millones de personas siguen sin acceso a internet de calidad, dispositivos adecuados o competencias digitales básicas. Esta brecha digital limita su acceso a la educación, al empleo y a los servicios públicos.
Durante la pandemia de COVID-19, la educación en línea dejó atrás a millones de estudiantes sin conexión o sin condiciones en el hogar para seguir las clases.
POLARIZACIÓN DEL EMPLEO. La automatización ha reducido la demanda de empleos intermedios, especialmente en sectores industriales y administrativos, y ha generado una polarización del mercado laboral:
- Aumento de empleos de alta cualificación (tecnológicos, creativos, científicos).
- Aumento de empleos precarios y mal remunerados (servicios, reparto, atención al cliente).
- Reducción de empleos medianamente cualificados.
Esto crea una nueva brecha laboral, donde quienes no tienen formación técnica o acceso a capacitación digital corren mayor riesgo de exclusión.
CONCENTRACIÓN DEL PODER TECNOLÓGICO. Empresas tecnológicas globales concentran una parte creciente de la riqueza y los datos. Esto refuerza el poder de unas pocas corporaciones, que no solo dominan mercados, sino que influyen en la política, la cultura y la opinión pública.
La educación: clave para la equidad, pero también fuente de desigualdad
La educación siempre ha sido vista como el principal instrumento de movilidad social. Pero cuando el acceso y la calidad de la educación están desigualmente distribuidos, el sistema educativo reproduce las desigualdades existentes en lugar de corregirlas.
DESIGUALDADES EN EL ACCESO. En muchas regiones del mundo, especialmente en zonas rurales, indígenas o empobrecidas, el acceso a educación de calidad sigue siendo limitado. Las niñas, los niños con discapacidad y las personas migrantes enfrentan barreras estructurales.
DESIGUALDADES EN LA CALIDAD. No basta con ir a la escuela: la calidad de la educación marca la diferencia. La brecha entre escuelas públicas y privadas, entre centros urbanos y rurales, entre países ricos y pobres, condiciona profundamente las oportunidades futuras.
EL CAPITAL CULTURAL Y LA HERENCIA SOCIAL. Incluso en sistemas aparentemente igualitarios, las familias con más recursos económicos y culturales pueden ofrecer a sus hijos ventajas adicionales: refuerzos escolares, idiomas, viajes, redes sociales, experiencias culturales. Así, la desigualdad de oportunidades empieza mucho antes del mercado laboral.
El cambio climático: la desigualdad en clave ambiental
El cambio climático no afecta a todos por igual. A pesar de que los países ricos y las élites globales han sido históricamente los principales emisores de gases de efecto invernadero, las consecuencias más devastadoras recaen sobre los más pobres.
Vulnerabilidad desigual:
- Las comunidades más empobrecidas tienen menos recursos para adaptarse a inundaciones, sequías o fenómenos extremos.
- Viven en zonas más expuestas (laderas, costas degradadas, barrios informales).
- Dependan más directamente de la agricultura y los recursos naturales, que son los más afectados por el cambio climático.
Desigualdad en las soluciones:
Las llamadas «transiciones verdes» o «digitales» corren el riesgo de profundizar las brechas si no se hacen de forma justa. Por ejemplo:
- Los empleos verdes requieren cualificaciones que muchos no tienen.
- Las subvenciones a la movilidad eléctrica benefician más a quienes pueden comprar coches nuevos.
- Los impuestos al carbono, si no se compensan con medidas redistributivas, afectan más a los hogares con menos ingresos.
Por eso, cada vez más se habla de justicia climática, que exige que la lucha contra el cambio climático sea también una lucha contra la desigualdad.
Nuevas desigualdades, nuevas políticas
Estas nuevas desigualdades requieren respuestas innovadoras, coordinadas y centradas en la equidad:
- Educación digital universal: garantizar no solo conectividad, sino alfabetización digital desde la infancia.
- Rentas básicas o subsidios de transición: para acompañar los cambios del mercado laboral y proteger a quienes quedan fuera del sistema.
- Formación continua y reconversión laboral: para evitar que grandes sectores de la población queden atrapados en empleos precarios o desaparezcan del mapa laboral.
- Transición ecológica justa: que combine sostenibilidad ambiental con protección social, creación de empleo verde y apoyo a las comunidades vulnerables.
Conclusión: no dejar a nadie atrás
Uno de los lemas centrales de la Agenda 2030 de la ONU es “no dejar a nadie atrás”. Pero las nuevas formas de desigualdad amenazan con dejar atrás a millones, incluso en países desarrollados.
Tecnología, educación y clima no son solo ámbitos técnicos o científicos: son terrenos de disputa social, donde se define quién tiene futuro y quién no.
Comprender estas nuevas desigualdades es un paso necesario para construir un modelo de desarrollo más justo, más inclusivo y más sostenible. Uno que mire no solo al crecimiento, sino también a la dignidad y las oportunidades reales de todas las personas.
Preguntas para el debate
- ¿La tecnología es un aliado o un nuevo generador de desigualdad?
- ¿Cómo puede la educación reducir —o reproducir— las desigualdades sociales?
- ¿A quién afecta más el cambio climático: a los que lo provocan o a los que menos lo causan?
- ¿Qué riesgos presenta la digitalización para el mundo del trabajo?
- ¿Qué significa una “transición ecológica justa” y cómo se garantiza?