Imaginando otro sistema financiero: del beneficio al bien común

¿Y si el dinero volviera a ser un medio, y no un fin en sí mismo?
¿Y si las finanzas no decidieran quién vive bien y quién sobrevive, sino que acompañaran proyectos que cuidan, construyen y regeneran?
¿Y si el sistema financiero, hoy percibido como lejano, complejo y ajeno, se convirtiera en una herramienta colectiva, transparente, participativa?

No se trata de utopías inalcanzables. Se trata de mostrar evidencias de la injusticia del modelo actual y proponer caminos concretos hacia otro modelo. Un sistema financiero más justo no solo es posible: ya está en marcha, en miles de prácticas concretas, que hoy son semilla y mañana podrían ser norma.

¿Qué hemos aprendido en este número?

A lo largo de este número, hemos visto que:

  1. El dinero no es neutro: es una relación social, política y cultural.
  2. La mayor parte del dinero lo crean bancos privados al conceder crédito, y lo hacen según criterios de rentabilidad, no de utilidad social.
  3. La concentración bancaria genera riesgos, exclusión y poder opaco.
  4. La banca pública, ética y cooperativa es viable, y ya funciona en muchos lugares.
  5. La educación financiera crítica es imprescindible para democratizar el conocimiento económico.
  6. Las monedas sociales y los bancos de tiempo demuestran que otras lógicas de intercambio son posibles.
  7. Los bancos centrales no son actores técnicos neutros: sus decisiones afectan a toda la economía, y deben ser democratizados.
  8. Las monedas digitales públicas (CBDC) pueden ser herramientas poderosas si se diseñan con justicia, transparencia y respeto a los derechos.
  9. El crédito moldea la economía real, y por eso importa quién decide a qué se destina.
  10. El sistema financiero actual sigue alimentando la crisis climática, mientras promueve soluciones verdes sin cambiar la lógica de fondo.
  11. La deuda, en un contexto de financierización, se convierte en una forma de dominación estructural sobre personas, empresas y Estados.

¿Y cómo sería un sistema financiero alternativo?

Te invitamos a imaginar y construir un sistema donde el dinero no sea mercancía ni herramienta de control, sino un bien común. Un sistema que:

Recupere el control sobre la creación del dinero

  • Que la creación monetaria esté vinculada al bien común, no a la deuda privada.
  • Que los bancos actúen como gestores del crédito, bajo criterios sociales, ecológicos y transparentes.

Integre una banca pública fuerte y con participación ciudadana

  • Bancos públicos que financien vivienda, transición ecológica, cuidados, educación…
  • Gobernados con criterios profesionales, éticos y democráticos.

Fomente las finanzas éticas y cooperativas

  • Apoyo a iniciativas como Fiare, Coop57 o Triodos.
  • Incentivos fiscales, fondos de garantía y redes de colaboración con lo público.

Impulse una educación financiera crítica y emancipadora

  • En escuelas, barrios, asociaciones y medios.
  • Que enseñe a entender el sistema, cuestionarlo y transformarlo.

Apoye la transición ecológica real desde el crédito

  • Priorizar proyectos regenerativos.
  • Prohibir la financiación de actividades incompatibles con los límites del planeta.

Diversifique las formas de intercambio

  • Reconocimiento y apoyo legal a monedas sociales, bancos de tiempo y plataformas de economía solidaria.
  • Fomento de ecosistemas económicos relocalizados y resilientes.

Diseñe tecnologías financieras éticas

  • Si llega una CBDC, que sea pública, abierta, sin vigilancia, interoperable y compatible con el efectivo.
  • Que sirva para políticas sociales como una Renta Básica Universal, con privacidad y acceso garantizado.

Audite y condone deudas ilegítimas

  • A nivel individual, colectivo y estatal.
  • Establecer mecanismos de alivio real para personas sobreendeudadas.

Desmercantilice necesidades básicas

  • Que el acceso a la vivienda, la salud o la educación no dependa del crédito o del mercado financiero.

Recupere la democracia económica

  • Participación ciudadana en los órganos que deciden cómo se mueve el dinero.
  • Fin del poder desmedido de los grandes bancos y fondos de inversión.

¿Por dónde empezar? 10 acciones concretas

  1. Cambiar a una banca ética o cooperativa.
  2. Exigir transparencia sobre las inversiones de bancos y vehículos financieros en energías fósiles o en armamento.
  3. Participar en una moneda social o banco de tiempo local.
  4. Apoyar o crear una plataforma por la banca pública en tu territorio.
  5. Reclamar que la educación financiera crítica entre en las aulas.
  6. Presionar para que la CBDC (euro digital) respete tu privacidad y derechos.
  7. Exigir auditorías de deuda pública en ayuntamientos o comunidades.
  8. Unirte a campañas por la transparencia bancaria y regulación del crédito.
  9. Aprender a leer contratos y exigir condiciones claras cuando tomes un préstamo.
  10. Hablar de todo esto en casa, en el trabajo, en redes, en tu barrio.

Preguntas para el debate

  1. ¿Qué tipo de economía necesitamos para enfrentar los desafíos del siglo XXI?
  2. ¿Puede el dinero diseñarse para servir a las personas y al planeta?
  3. ¿Qué papel juega el imaginario colectivo sobre el dinero en nuestras decisiones?
  4. ¿Qué herramientas tenemos para democratizar las finanzas?
  5. ¿Cómo construir una cultura económica que valore el cuidado, la cooperación y la sostenibilidad?
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